28 de febrero de 2007

Censura

Todo lo entendemos al revés. Y eso cuando lo entendemos.

Ahora resulta que la censura vuelve a ser práctica de la izquierda mainstream. Claro que ellos no lo llaman censura, y no me extrañaría que estuviesen convencidos de que no lo es. No seré yo quien dude de su honestidad, por lo menos en este post. Lo habrán oído: la entrevista de Quintero a Butanito, guardada en un cajón, porque por contener "insultos y descalificaciones"; lo que se dice una entrevista insultante. A mí, dicho así, me suena de un rancio que da escalofríos.

Sorpresa: la entrevista no era para tanto, y aunque escueza, José María García no pone a nadie a parir de un modo distinto al que usan cada día en el Congreso. Con la salvedad de que él sí está diciendo cosas interesantes y, de acuerdo o no, verdad o mentira, mesuradas. La prueba de que detrás de esto hay un problema muy serio es que gracias a la jugada estúpida de TVE retirando la entrevista, ahora tenemos algo que agradecerle a ese ventilador de excrementos llamado El Mundo. No me digan que no es para preocuparse.

Me molesta la estupidez. Ésta es una censura guiada por el afán de que no se descalifique a nadie. En una especie de negativo deforme del “prohibido prohibir”, es una censura que pretende... ¡que no haya censura! A la izquierda esto no se le ha dado bien nunca, y corta la entrevista a un tipo porque en ella se mete con Aznar, Rajoy, Buruaga, Losantos, Villalonga y demás parentela. No me jodan... ¡eso es hacer el tonto! Una entrevista, por cierto, en la que se decía que nadie censuró tanto como José María Aznar. ¿Se imagina alguien a TVE hace 5 años, la de Urdaci, apoyada por el aparato que se ventiló Caiga Quien Caiga y El Informal, bloqueando una entrevista a alguien que se metiese sin descanso con Felipe González, Zapatero, Lorenzo Milá, Gabilondo, Polanco y otros? Y encima uno de los suyos, como García es de los conservadores, sembrando así la sospecha de la brecha interna. Impensable, porque la derecha siempre ha sabido muy bien cómo callarle la boca al personal, encarcelando, amordazando o comprando conciencias y chalés en La Moraleja, si hace falta, y no se ha cortado un pelo a la hora de hacer el cabrón. Por eso lo llamo estupidez, porque lo de esta izquierda sonrosada en todos los sentidos no es afán de pensamiento único ni sectarismo como dicen, curiosamente, los sectarios del pensamiento único. Es pura y simple tontería.

Lo de Butano no es lo único; ya vimos el escarnio público a Pepe Rubianes, que vino de los dos lados, y sobre el que posteé hablando de esto mismo. Hace unos días el Observatorio de la Mujer (que es como llamo a la ventana de la vecina) hizo tumbar, valga la expresión, un anuncio de Dolce Gabbana y otro ministerio ha retirado una gilipollez de spot de la Sexta con argumentos igual de imbéciles. También pidieron retirar la publicidad de una hamburguesa homicida y hemos tenido a una ministra perdiendo meses de trabajo en una ley estúpida contra la publicidad de vinos, cervezas y sidras. ¿Por qué lo meto en el mismo saco? Porque en mi opinión resume bien el principio del problema: confundir forma y fondo. Matar al mensajero.

Cuando lo hace la derecha me cabrea, pero no me sorprende. Que lo haga la izquierda es algo que me saca de mis casillas. Es un sarcasmo que llevo muy mal. Tan mal como el policía nacional que tiene un hijo informador de ETA, o el pobre vicepresidente ultracatólico al que le sale una hija lesbiana, la de coñas que habrá tenido que aguantar en la oficina. Es tener al enemigo en casa. Es una mujer que duerme con un maltratador en cama de matrimonio. Es ser el niño hijo de ese matrimonio y que sea tu madre quien te da de hostias.

Siempre me ha llamado la atención que conceptos como moralidad, dignidad, patriotismo, o igualdad sean esgrimidos en el debate público únicamente cuando se han malinterpretado, o tomado por lo contrario de lo que son. Siempre que un político o un periodista, o su híbrido el tertuliano, me hablan de ciertas cosas tengo la sensación de que me quieren enseñar a ponerme una camisa cuando ellos la llevan del revés.

6 de febrero de 2007

!!!

La bella Hanasu me ha descubierto el blog de Jessica Hagy, una mujer de Columbus, Ohio, que ha tenido la brillante idea de explicar la vida a través unos diagramas cachondísimos, tan sencillos como sugerentes. Imagino que los que no tengáis este lastre mental que es ser de letras puras disfrutaréis más que yo del invento, a saber: Indexed. De aperitivo, esta geometría de los pecados capitales:

5 de febrero de 2007

4 de febrero de 2007

Diccionario de Pornadas (1ª edición, no revisada)

Cualquiera que tenga un blog y use un contador de visitas sabrá de los intereses mayoritarios de la comunidad internauta. No vamos a hacernos los tontos: el 90% de nosotros usa este invento para descubrir nuevos horizontes de esparcimiento en el marco de las relaciones íntimas. Vamos, lo que viene siendo el porno. Así que ahí va un pequeño glosario para que, si le hace a usted falta, se oriente mejor en el proceloso mundo de las... en fin... tendencias modernas.

Dos cosas: todos los términos vienen del inglés, despejando cualquier duda sobre cuál es la civilización más avanzada del mundo. Además, aseguro que no hay nada inventado; todas las entradas se refieren a prácticas reales, y son el resultado de un meticuloso proceso de documentación. Por precaución voy a usar un lenguaje para todos los públicos, culto y refinado, sin decir una sola palabra malsonante. A ver cómo se me da el

Diccionario de pornadas del Tío Vania, primera edición:

Ass-to-mouth: cuando la mujer está siendo somatizada, en algún punto, el hombre saca su artefacto y lo introduce en la boca de ella sin escalas.

Bukkake: práctica importada del Extremo Oriente en la que un número indeterminado de hombrecitos se atusan el calabacín mientras esperan turno para verter sus natillas sobre una japonesita. Se han descrito casos de hasta 500 individuos, tras los cuales la señorita parecía una vichyssoise. Existen variaciones locales de esta práctica, pero debe notarse que en la versión original japonesa no hay contacto físico alguno entre la turba que se masturba y la receptora de sus chorros.

Creampie: el varón se alivia dentro de la flor de la chica, llenándosela de amor, y abandona el lugar. Después ella agita sus músculos pélvicos y deja que el producto caiga hacia fuera.

Cumshot: se denomina así al disparo lácteo que el varón efectúa al llegar al orégano. Por lo general, debe atraparlo una mujer usando su cara.

Dirty Sánchez: tras la intromisión anal, el hombre utiliza la punta de su báculo para dibujar un bigote marrón en el rostro de su pareja. En caso de haber hecho una lavativa previa, esta práctica es absurda e infructuosa.

Felching: el hombre sofroniza a la mujer; una vez ha regado su interior, él u otra persona de cualquier sexo sorbe hacia fuera ese néctar anal.

Fluffer: en el mundo del espectáculo, se denomina así a la persona que da satisfacción erótica al artista justo antes de su salida al escenario, ayudando a relajar las tensiones propias de ese momento y contribuyendo así a una óptima representación.

Gagging: forma de trabajo oral extremo y agresivo en la que el salami es tragado con afán hasta, digamos, llenar espacios en la laringe. Dicho de otra manera: es el acto de hacerle el amor a una cabeza humana.

Gang-bang: una muchacha con necesidad de protagonismo se convierte en un pequeño centro de ocio para una multitud de caballeros, y es atendida al mismo tiempo en todos sus orificios. Es debido que mientras unos se esmeran (o son esmerados por ella), otros esperen su turno mientras agitan sus palos en el aire para mantenerlos inflamados y listos.

Muffdiving: posición tradicional en la que una mujer deja que otra persona lama toda su pulpa, pero sin latinismos.

Rusty Trombone: operación en la que la persona se coloca de rodillas detrás de su hombre con los labios presionando el ojal del trasero de éste (también llamado rusty hole), mientras con el brazo rodea la cadera y opera su manubrio, para proceder a soplar al son de La Marsellesa.

S&M: denominación pija de “sadomasoquismo” (siglas de Sadism & Masochism). También es el nombre de un disco de Metallica, por la relación que se establece entre una banda de pseudo-metal y una orquesta obligada a tocar con ellos por dinero o bajo amenazas.

Swapping: el varón deposita su bifidus activo en la boca de una señorita; ella lo saliva un poco y después lo deja caer en la boca de una segunda señorita.

Swinger: en oposición al “aleluya, aleluya, cada uno con la suya”, se llama así a cualquier persona que sea partidaria de, o aficionada al intercambio esporádico, voluntario y no remunerado de parejas estables para fines poco cristianos.

Teabag: utilícese como verbo, denotando la introducción del saco testicular en la boca de alguien mientras está dormido o inconsciente, por lo común no como práctica sexual sino para provocar hilaridad y/o grabarlo en vídeo, o sencillamente por hacer una putada.

Oh, vaya.