14 de julio de 2009

Los cinco deditos del anglo-catetismo periodístico

El meñique, alfeñique de una agencia de prensa, fue a una rueda de ídem veraniega en la que se mencionó que el bebé, de origen marroquí, se llamaba Rayán.

El anular, un jodido ignorante que no leía libros pero tenía dos carreras y un máster, transmitió el dato sin ponerle el acento: Rayan.

El corazón, director de un programa radiofónico, sí leía libros, pero como lo más que conocía de Marruecos eran los porros y la verja, pronunció el nombre tal cual lo leyó: [ráyan]

El subnormal del índice, que en realidad eran miles y se dedicaban a cortapegar lo que oían (no escuchaban) en otros medios, dio por hecho que hay marroquíes anglófilos que se llaman Ryan y lo metió en un titular de portada.

Y el pulgar que se suponía que era el filtro pero estaba obeso de tocarse los huevos, dejó que ese titular se publicara. Era el responsable de los becarios, ¡pero como si no!


Total, era verano.

Todo el año.

2 comentarios:

Okupa dijo...

Si es así como lo cuentas (mi desconocimiento sobre nombres de origen marroquí o árabe es casi total), entonces El País se ha cubierto de gloria con su editorial:

EDITORIAL
La muerte de Ryan

Los fallecimientos de Dalila y su bebé obligan a aclarar por completo los fallos del sistema sanitario

http://www.elpais.com/articulo/opinion/muerte/Ryan/elpepuopi/20090714elpepiopi_2/Tes

Anónimo dijo...

El caso es que he leído infinidad de comentarios en esas noticias de El País, en los que la gente les avisa una y mil veces; nada. O no los han leído, o no han querido verlo, o ahora no se atreven a echarse atrás y rectificar lo que ya no es una noticia, si unas cuantas...

En fain...