29 de noviembre de 2004

Gracias, Señor

Ya están los periodistas envenenando con falsedades. Ahora se quejan de la abundancia de langosta, la llaman plaga, los ingratos. Digo yo que siempre se están quejando por todo, que si las grandes empresas tal y cual, que si tenemos a África en la miseria porque le conviene a nosequién... todas esas cosas de progres.

Pues nuestro Señor misericordioso ha visto que los negritos no tienen qué comer, que digo yo que será por eso que le ponen tantas especias a todo, oye, se ve que es lo único que tienen, los pobres, y les ha mandado un diluvio de langostas, todas hermosas y coloraditas ellas, que hasta cuelgan de los árboles y todo, que lo he visto yo en el parte de la noche. Así que hale, todos a comer.

Vamos oye, que está visto que si no tienen, porque no tienen, y si tienen porque tienen: el caso es protestar. Claro, que se entiende la afición que tiene esta gente por salir de manifestación, y mira que ahora andan todos de lo más tranquilitos. Será que ya están mangoneando otra vez.

En fin, que yo doy gracias al Señor por la langosta africana, y más todavía por las que se han despistado y han ido a aterrizar en las Canarias. Para que luego se quejen de que no tienen marisco.

No hay comentarios: