Matt estuvo aquí
Además de la chorrada del post anterior, hoy había en Madrid otra de esas citas que sólo son atractivas si uno es un nerdo bloguero con demasiado tiempo libre, o si se quiere desperdiciar el poco que uno tiene en frikadas por el estilo.
Ésta era, lo han adivinado, la visita a España de Matt Harding, uno de esos descubrimientos de la red que han formado todo un culto mundial. ¿Recuerdas aquella escena de Forrest Gump en la que Tom Hanks recorría el país a pinrel y se le iba acoplando la gente buscando algún tipo de epifanía? Pues algo parecido, pero con más gracia y menos pretensiones.
Por si acaso: Matt era diseñador de videojuegos en Brisbane, Australia, cuando se hartó de los shoot’em-ups y decidió gastarse sus ahorros en una vuelta al mundo. Mientras brincaba de sitio en sitio hizo un vídeo cachondo que alguien vio en una empresa fabricante de chicles, llena de jugones a juzgar por su web, y decidió jugársela con el marketing viral. Le pagaron otra vuelta al mundo, más completa que la anterior, para que repitiera, ampliándolo, su vídeo cachondo. El resultado tiene millones de visitas en todos los lugares en los que se puede ver, y es de esas pequeñas cosas con la fascinante capacidad de alegrarte un mal día.
Ésta era, lo han adivinado, la visita a España de Matt Harding, uno de esos descubrimientos de la red que han formado todo un culto mundial. ¿Recuerdas aquella escena de Forrest Gump en la que Tom Hanks recorría el país a pinrel y se le iba acoplando la gente buscando algún tipo de epifanía? Pues algo parecido, pero con más gracia y menos pretensiones.
Por si acaso: Matt era diseñador de videojuegos en Brisbane, Australia, cuando se hartó de los shoot’em-ups y decidió gastarse sus ahorros en una vuelta al mundo. Mientras brincaba de sitio en sitio hizo un vídeo cachondo que alguien vio en una empresa fabricante de chicles, llena de jugones a juzgar por su web, y decidió jugársela con el marketing viral. Le pagaron otra vuelta al mundo, más completa que la anterior, para que repitiera, ampliándolo, su vídeo cachondo. El resultado tiene millones de visitas en todos los lugares en los que se puede ver, y es de esas pequeñas cosas con la fascinante capacidad de alegrarte un mal día.
Hay que reconocer que la mitad de la fuerza emotiva que tiene el vídeo la pone la versión del “Sweet Lullaby” de Deep Forest que se marcó Garry Schyman, pero mi opinión es que el cogollo del éxito de Matt está en la mezcla de envidia y admiración que despierta un tipo normal y corriente que de un día para otro se lía la manta a la cabeza, abandona un curro lastimero, y se va a conocer los lugares más acojonantes del planeta. Lo que todos haríamos si tuviéramos huevos. Le añades el toque mágico de ser descubierto y financiado por una empresa que seguro que le da chicles gratis de por vida, y tienes la perfecta comedia épica del siglo XXI.
Resulta que Matt ha convocado en su web a todos los fans de su pequeña obra de arte a que vayan a verlo a sus lugares de paso, y la Plaza Mayor de Madrid ha sido, este mediodía, uno de ellos. Allí estaba Matt, ante una larga fila de nerdos entusiastas –allí había más blogs que personas– esperando para entregar su cesión de derechos de imagen (cogido de CPI), ponerse una pulserita souvenir-acreditativa, y bailotear con él para figurar en el documento de su siguiente paseo por el mundo.
Un rato después de terminar, Matt me ha enseñado la grabación de lo que él llama the Braveheart shot, que será el instante español del próximo vídeo: en plano muy general, Matt hace su bailecillo en el hueco de un arco de los soportales del fondo, en solitario. Después de unos segundos, por los lados entran ciento ochenta personas corriendo, para juntarse en el centro, como en una batalla campal, y hacer el mattdance. Apoteósico.
Aquí el menda, el enrollao de Matt y mi colega Fiti. Qué pasa.Resulta que Matt ha convocado en su web a todos los fans de su pequeña obra de arte a que vayan a verlo a sus lugares de paso, y la Plaza Mayor de Madrid ha sido, este mediodía, uno de ellos. Allí estaba Matt, ante una larga fila de nerdos entusiastas –allí había más blogs que personas– esperando para entregar su cesión de derechos de imagen (cogido de CPI), ponerse una pulserita souvenir-acreditativa, y bailotear con él para figurar en el documento de su siguiente paseo por el mundo.
Un rato después de terminar, Matt me ha enseñado la grabación de lo que él llama the Braveheart shot, que será el instante español del próximo vídeo: en plano muy general, Matt hace su bailecillo en el hueco de un arco de los soportales del fondo, en solitario. Después de unos segundos, por los lados entran ciento ochenta personas corriendo, para juntarse en el centro, como en una batalla campal, y hacer el mattdance. Apoteósico.
5 comentarios:
je, no viene a cuento, pero........
he visto este episodio este mediodía, y no sé por que al escuchar esta canción pensé que te gustaría.....http://youtube.com/watch?v=U058nz0Jepg
Eh... vale.
Aunque para FCC songs, la de Eric Idle.
Pues yo creo que al natural eres más guapo, Vania.
hum..........si la encuentras podrías poner un link (me refiero a la cancion de Eric Idle)........grácias........
ya'ta, ya la encontrado, sorry por las molestias Vania...........como casi siempre (o sea simepre) tenías razón.........
Publicar un comentario