Que alguien nos dé travajo
Alucinado me quedo cuando veo a un colega iniciar sesión en el Messenger con el nick “Que pasa no hay trabajo en España o que? quien lebanta el Pais, ZP?” (sic todo).
La primera pregunta que me hago es ¿cuándo se ha caído el país? La segunda, ¿cómo coño te van a dar trabajo si ni siquiera sabes escribir? Aunque hay que ser realista: hay millones de eficientes trabajadores que habrían escrito esa frase aún peor; incluso algún gobernante habría metido el zueco también, seguramente, por qué no, un ministro o menestra de ZP. Aún así, en esa frase sobran una be y una mayúscula, y faltan dos interrogantes, una coma o dos, cuatro acentos y una uve, y qué quieres que te diga... en mi cabeza esa manera de escribir merece por lo menos un carné de minusválido. Pero la miga del nick no creo que sea ésa.
Desde que ha vuelto el PSOE al gobierno, volvemos todos a estar preocupados con el paro. Han pasado sólo seis meses, y la lógica hace pensar que nada de que lo que haya podido hacer o no hacer este gobierno tenga ya un reflejo en la realidad del INEM. Pero aunque así fuera, las cifras de aumento del paro son más bajas que las del año pasado por estas fechas. Aún así, no recuerdo a nadie que en los 8 años del PP reprochase a Aznar su desempleo. Es más, el entonces ministro Zaplana -¿hay alguien con más rostro que este individuo?- hablaba con satisfacción de la cifra.
Y es que esto del paro es la (no-) táctica de la derecha, la de toda la vida. Ignoro si mi colega es de derechas –algo me hace pensar que ni él lo sabe-, pero con ese nick ha hecho una concesión a esa demagogia que considera que todo va bien mientras la cifra de parados sea baja. ¿Quién no ha escuchado a algún cretino decir que “con Franco por lo menos había trabajo”?. Está claro que los currantes que se iban a Francia y a Alemania a buscarse la vida lo hacían porque les apetecía, para cambiar de aires, ya se sabe, pero dejemos eso a un lado. Lo importante es que la cifra de parados sea baja, aunque lo sea también la calidad del trabajo; es mejor tener trabajo que libertad; antes dinero que cultura; si hay un plato en tu mesa, qué más da la ortografía.
A lo mejor, después de todo, sí que hay un país que lebantar.