Mala prensa
A continuación, meten dos audios de Real Time with Bill Maher. Del programa de hace dos semanas, no vayan a pensar que han investigado para encontrar las palabras más representativas. Pero aquí viene lo grande. En el segundo corte, Maher habla sobre la visita de Tony Blair a George Bush con motivo de la retirada política del primero. El chiste: “Dick Cheney had to be restrained, because usually when he sees two lame ducks, you know (a Dick Cheney tuvieron que encerrarlo, porque cuando ve dos 'patos mareados', ya se sabe)”. Hay que explicar que lame duck es como llaman por allí a un responsable político que no puede o no quiere presentarse a la reelección; aunque no haga falta explicarlo, el chiste que hace Maher, usando la expresión al pie de la letra, pone a Bush y Blair en la misma tesitura que al abogado al que Dick Cheney pegó un tiro en la cara durante una cacería, hace algún tiempo. No hay mucho más que decir sobre un periodista que comete la torpeza de escoger un bit intraducible para su programa de radio. Aun así no parece un problema muy grande si uno tiene un poco de salero: “cadáver político”, “político cadáver”... en fin, ya me entienden. Pues adivinen cómo lo ha traducido.
¿Lo quieren saber?
¿“Two lame ducks”?
¿En la SER, que es la mejor radio de España, al menos hasta que alguien me demuestre lo contrario?
¿Se lo digo?
¿...?
Ahí va.
“Dos perros lamiéndose el culo”.
Sic.
Quiero pensar que ha sido poca creatividad en la traducción, y no que un habitante de la Gran Manzana haya creído escuchar “lame dogs” y crea que eso significa “perros lamiendo”. Debe de ser que me queda algo de buena voluntad en el cuerpo. Yo he tardado 8 segundos en encontrar con Google una trascripción del chiste (aquí, en el 18-19 de Mayo... ya se lo decía yo: ¡el penúltimo programa!) y dudo mucho que yo sea más listo que el Sr. Dedéu o que él no tenga una conexión a Internet a mano. Más creo que es un problema de falta de seriedad, de escrupulosidad en el trabajo. No hace falta ser un perfeccionista, aunque serlo nunca perjudicó a los resultados, sino todo lo contrario; basta con ser metódico, concienzudo. Lo que de toda la vida se ha llamado ser un profesional.
Resulta que la comedia americana es de las dos o tres cosas de las que sé algo (sobre Maher escribí esto). En el resto de las cosas soy un completo ignorante. Si lo primero que escucho en una radio sobre cómicos americanos, esos que no llegan a saltar el Atlántico, es una sarta de chapuzas periodísticas que me da vergüenza ajena, ¿debo suponer que cuando hablan de índices bursátiles, agricultura ecológica, bádminton, en fin, lo que sea, la están cagando de forma semejante? Extrapolando, parece lo más probable. Que en cada párrafo que dicen en el Telediario me estén colando una falsedad rotunda, dos o tres inexactitudes, una mala elección informativa general, que un tercio de los nombres estén mal pronunciados, y la traducción sea más que nefasta. Esa posibilidad me acojona. Pongan un informativo televisivo, el que sea, y cuenten los segundos hasta ver un rótulo en pantalla con una errata o una falta de ortografía. Les aseguro que no tendrán que esperar mucho rato.
Y digo yo. La política nos la cuentan los periodistas. Las elecciones, la crispación, la guerra, el terrorismo, nos lo cuentan los periodistas. La ciencia nos la hacen llegar los periodistas. La televisión la hacen los periodistas. Las novelas las escriben los periodistas. A los presidentes los eligen los periodistas. El mundo lo inventan los periodistas.
La hemos cagao.