30 de noviembre de 2004

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Para que no digáis que no tengo ojo para el buen porno. Pinchad en las fotos, aquí.

29 de noviembre de 2004

Gracias, Señor

Ya están los periodistas envenenando con falsedades. Ahora se quejan de la abundancia de langosta, la llaman plaga, los ingratos. Digo yo que siempre se están quejando por todo, que si las grandes empresas tal y cual, que si tenemos a África en la miseria porque le conviene a nosequién... todas esas cosas de progres.

Pues nuestro Señor misericordioso ha visto que los negritos no tienen qué comer, que digo yo que será por eso que le ponen tantas especias a todo, oye, se ve que es lo único que tienen, los pobres, y les ha mandado un diluvio de langostas, todas hermosas y coloraditas ellas, que hasta cuelgan de los árboles y todo, que lo he visto yo en el parte de la noche. Así que hale, todos a comer.

Vamos oye, que está visto que si no tienen, porque no tienen, y si tienen porque tienen: el caso es protestar. Claro, que se entiende la afición que tiene esta gente por salir de manifestación, y mira que ahora andan todos de lo más tranquilitos. Será que ya están mangoneando otra vez.

En fin, que yo doy gracias al Señor por la langosta africana, y más todavía por las que se han despistado y han ido a aterrizar en las Canarias. Para que luego se quejen de que no tienen marisco.

25 de noviembre de 2004

Contraprogramado

En Admisión se me ha colado una guarra de pelo naranja; un hombre con maletín que esperaba lo ha visto y hemos estado comentando la jugada mientras yo me recogía el libro, la camisa y el abrigo para agilizar la exploración.

Me han mandado a la sala de espera de Traumatología, y allí me he sentado. No había mucho movimiento; sólo un corrillo de familiares esperando en torno a una hilera de bancos. Al poco rato, uno de ellos se ha marchado dejando un hueco por el que he reconocido a una de las mujeres sentadas allí: una famosa de la tele. Entonces he mirado al otro extremo de la sala, los bancos llenos de espectadores lesionados, todos observando sin reparos a la vividora de pelo mal teñido, lacio y sucio como los billetes de su cartera. He leído hasta oír mi nombre. De allí me han mandado a Radiología. Póngase aquí, respire hondo, placa, placa, media vuelta y vuelta a la sala de espera. Por el camino me he cruzado con el hombre de Admisión y nos hemos saludado.

La famosa ya se había marchado con todo su séquito, dejando vacíos los bancos. Me he sentado donde había estado ella, y he abierto mi libro otra vez. Unos minutos después he reparado en los espectadores, ahora frente a mí. Me miraban: un tipo sin afeitar leyendo entre dos columnas. A continuación se ha sentado a mi lado el hombre; me ha vuelto a saludar, ha abierto su maletín y se ha puesto a corregir exámenes de lengua. Un profesor. Me imagino la decepción que han sentido los espectadores ante un cambio de canal tan brusco: como pasar de Gran Hermano a Sánchez-Dragó.

Cuando he salido de la consulta con mis radiografías y mi libro bajo el brazo, he buscado al profesor con la mirada. Ya no estaba allí.

Se había mudado al banco de enfrente.

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Parece que el post lastimero de abajo ha hecho que Dicko contacte conmigo, aunque poco a poco. Hoy me han escrito Corina M. Examination (diciéndome cortésmente "Good Morning" a las 16:34, me conoce bien) y Mambalisa Amba, que me pregunta si me gusta su aparato genital (no es ésta la expresión que ella ha usado). No hay duda de que Dicko Baldo tiene contactos.

18 de noviembre de 2004

¿Dónde estás, Dicko Baldo?

Me ha abandonado. Fui el destinatario de sus mensajes durante meses y ya no me dirige la palabra. El maldito Ad-Aware lo ha desalojado de mi vida.

Dicko era la sal de mis conexiones. No os miento: le prestaba más atención a la carpeta de spam que a los mails de mis contactos, casi siempre intoxicados por esa fiebre testera de colores favoritos, cócteles especiales, series de la infancia, estás enamorado/a?, penúltimas castañas y demás juguetes de la adolescencia. Porque siempre, todos los días, Dicko Baldo venía a iluminarme con sus ocurrencias.

¿Cuánto ingenio hace falta para anunciar un alargador de pollas? Es algo que me pregunto ahora que Dicko no está. Todo el sexo, Dicko me lo traía: viagras, páginas guarras, problemas de erección, webcams cachondas, cachas de revista, más rabos más gordos e hipotecas tiradas (¿acaso no es sexual cuando te rompen el culo?) y todo tipo de reclamos para turistas de la red como yo. Y digo como yo, porque Dicko me conocía bien. Las cookies no engañan, y Dicko sabía quién era yo.

Cuando mi colega thehardme y yo empezamos a compartir remitentes de spam, el nombre de Dicko Baldo nos desarmó a los dos. Los que pilotéis algo de inglés adivinaréis el juego de palabras; los que no, matriculaos en alguna parte porque no voy a explicároslo. El caso es que a partir de ese día, todos esos nombres delirados en los correos publicitarios fueron para nosotros la creación de un sólo hombre, y ése era Dicko Baldo. Y no os tengo que contar las risas que hemos echado a su costa.

Las empresas de spam se enfrentan a un problema legal serio cuando te envían un mail anunciando cualquier chorrada: tienen que poner un nombre en el apartado "remite", y si lo rellenan con uno relativamente común, un John Thomas o un Ricardo Calvo, pueden lloverles las demandas. Imaginemos el rebote de un internauta impotente que recibe un anuncio de melampina de parte de su sobrino John, o si yo soy el Sr. Calvo y me entero de que le estoy mandando a todo el personal anuncios de un alargador de pene porque "a mí me funcionó a la perfección". No se puede consentir. Así que, para evitar aprietos, estos ases del mercadeo se inventan los nombres más estrafalarios que uno puede echarse a la cara, rezando para que no les llame un Benzino Napoloni, una Celeste Laudisio o un René Pornero diciendo que no sólo existe, sino que además tiene una partida de nacimiento y que la va a hacer un canutillo y se la va a meter por el culo presente un jurado popular.

Total, que llegó el día en que me dio por instalar el puñetero Ad-Aware; es un programa que rastrea el sistema buscando cookies y demás repostería del anunciante, archivitos que enguarran los ficheros y sirven a estos publicistas posmodernos para llenarte de más basura. Ese día renuncié a mis galletas, me limpié de migas y Dicko Baldo me perdió la pista.

En seguida dejaron de llegarme sus nuevos escritos, gloriosos títulos como "More Semen Than The US Navy", "When Your This Big They Call You Mister" o "Tetrachloride Panther" poblados por personajes extravagantes como Armind Tamzarian, Stare Klolly, Antonella Ceja, Renata Higa, Wilfredo Taveras, Cortez K. Amerkind, Angila Hisko, Juans Elleopardo o (éste es poesía pura) Voyeurism Q. Neuroses.

Y yo me quedé sin la alegría de mi existencia. Desde entonces nado en la pornografía. Paso las horas deambulando por webs guarras y de finanzas, de porno económico y de economía pornográfica, tratando de llamar su atención otra vez. Pero nada. Dicko Baldo me rehuye. No quiere saber nada de mí.

Escribo esto conteniendo las lágrimas porque sé que a vosotros sí os escribe. Estoy seguro de que cada día recibís varias cartas de Dicko, y os pido que las compartáis. Pegad vuestros Dickos por aquí. Sabré que no me habla a mí, pero al menos podré sentir el aroma de su talento una vez más, ese aroma a galletitas recién horneadas. Oh.

7 de noviembre de 2004

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Dice Gabo en su última novela: "El sexo es el consuelo que uno tiene cuando no le alcanza el amor". Me hace gracia: a mí me pasó al revés.

3 de noviembre de 2004

El Miedo

Ya habéis visto qué triunfo. El mío, digo.

Hoy me he levantado con el cuerpo dolorido, el cerebro soñoliento y la moral por los suelos. De verdad que estoy jodido, física y anímicamente. Tengo la sensación de que algo ha cambiado hoy en el mundo. No quiero ponerme dramático, pero por primera vez la situación del planeta me ha quitado el sueño.

No es que sepa nada que no supiera ayer, pero coño, algo muy serio está pasando cuando alguien como George Walker Texas Ranger Bush arrampla con 57 millones de votos y gana unas elecciones democráticas después de haber dado un pucherazo, mentido sistemáticamente a su país y a otros 190, convertido un superávit del 2% del PIB en un déficit del 5% aún haciendo perder el seguro médico a 5 millones de personas, llevado a su país y a algún otro a dos guerras de saqueo, de haberse cagado en los derechos humanos y ser, al fin y al cabo, un alcohólico y un deficiente mental público y notorio.

Pero con todo, el mentecato pueblo estadounidense lo ha confirmado en una presidencia que nunca debió haber tenido. Ayer usé tres adjetivos, "egoísta", "estúpido" e "irresponsable" y hoy tengo que confirmarlos. Mi amigo Brian, que comentó el post de ayer, sabe que no soy ni mucho menos un antiamericano, pero hoy, con todo el dolor de mi corazón y de mi espalda, estoy más cerca de serlo. El pueblo americano ha demostrado que es crédulo, cobarde, ingenuo y, en definitiva, profundamente ignorante. Siento ser tan despreciativo, pero cuando uno es el líder del mundo -los americanos saben que lo son; nosotros también, pero no nos gusta reconocerlo- tiene que ser consciente y responsable de ello; valorar no sólo la seguridad nacional sino la de las demás naciones. Y el americano medio vive de espaldas al mundo, escuchando con asentimiento todo lo que le cuenta su gobierno personalista sin cuestionarse ni una coma. Así, un presidente lerdo conducido por una manga de hijos de puta es capaz de atemorizar a su pueblo repitiendo la misma mentira una y otra vez hasta que se convierte en Verdad, con mayúscula.

Nadie allí se plantea que el terrorismo llego al país después que Bush al gobierno, que el único atentado en suelo americano lo ejecutó un amigo de la familia y que después de las guerras hay atentados a diario donde antes no los había. ¿Y por qué no? Porque a uno le cuesta pensar cuando está cagado de miedo. Ese miedo. La Estrategia del Presidente. El Diccionario define "terrorismo" como dominación por el terror. A mí me parece que está muy claro.

Gracias a todos por los comentarios de ayer: son lo único bueno de hoy. Un abrazo.

El saludo que os dedica a todos el Sr. Bush: pincha aquí.

2 de noviembre de 2004

El Efecto Dominó (por la cuenta que nos trae)

La semana pasada nos han dado una chapa importante con la participación de las estrellas de Hollywood y aledaños en las elecciones de hoy. Día sí día también aparecía un famoso actor o cantante -especialmente pesados con Springsteen, oyes- mostrando públicamente sus intenciones de voto para esta ocasión. Está claro que la cosa está muy malita, pero esto es algo común en la sociedad estadounidense: antes de cada cita electoral sabemos qué va a votar cada estrella en su colegio de Beverly Hills, y sobretodo, qué piensa que deberían votar sus fellow americans.

Ya digo que es muy normal, tan normal que nunca hay polémica alguna, ni las manifestaciones de los famosos suscitan más espacio que el de un simple comentario en la prensa del día. De hecho, están tan acostumbrados que ya eligieron a un (mal) actor como presidente y a otros dos como gobernadores: Chuache en California y Jesse Ventura -su coleguita en Depredador, el de "dad la cara, cabrones... la impaciente os está esperando"- en Minnesota. Vamos, que les va el rollo circense, y además nadie se rasga las vestiduras cuando tal o cual ídolo de quinceañeras dice que va a votar a Fulanito o a Mengano -agárramela con la mano-.

Y a cuento de esto nos acordamos todos del cisco que se montó aquí cuando a los actores progres (y a gran parte de los que no lo son) se les ocurrió colorear la gala de los Goya; que a mí nunca me ha quedado claro si el pollo mediático se formó por la manifestación del gremio en sí, o porque faltaban pocos meses para las elecciones. Me da que fue por lo segundo.

Porque aquí, afectados por esta flema europea nuestra, nos creemos superiores, al menos en lo que se refiere a eso que en todas partes llaman "cultura democrática"; pero que una persona se pronuncie sobre sus inclinaciones políticas nos escandaliza (de acuerdo, escandaliza a los de siempre), y parece que Antonio Banderas no puede pedir el voto para el PSOE sin que lo acusen de haber cobrado nosecuántos kilos -aunque sean de jamón y aceite- ni Julito Iglesias puede prestar su crujiente moreno a una campaña del PP, sólo porque no vive por aquí cerca.

Pero la situación en USA, mira tú qué gracia, es la misma que aquella de los Goya: los actores y demás personajes de la cultura están hablando ahora más y más alto de lo normal sobre lo que piensan hacer con la papeleta dentro de unas horas. Y lo hacen de puro susto, acojonados de que un gobierno nefasto y embustero como el que teníamos aquí se lleve el pastel y tenga bula para otros cuatro años de hijoputeces.

En España tuvimos aquel espanto de 11 de Marzo que clasificó para siempre el resultado "natural" de las elecciones. Y aunque nunca lo sabremos, yo estoy convencido de que la repercusión de los atentados en el resultado electoral fue mucho menor de lo que se piensa. Creo que el PP habría perdido las elecciones de todas maneras, por menos diferencia incluso que por la que perdió. La clave sigue estando en el voto "reactivado", el de ese elector que sólo va a votar cuando lo cabrean especialmente. La reacción del gobierno a los atentados espoleó a mucha gente a ir a votar por el cambio, pero creo que esa gente sólo fue la puntilla (una gran puntilla, cuidado) a un voto de castigo del que se venía hablando desde hacía meses pero que quedó sepultado por los hierros de los trenes en Madrid. Recuerdo que cuando en las regionales el PP ganó en Muxía, los analistas dijeron que no había que fiarse, que el voto de castigo al gobierno por la no-gestión de la marea negra, por el Yak y sobretodo por la cochina guerra estaba por llegar, y llegaría el 14 de Marzo. Creo que había muchos abstencionistas que ya pensaban movilizarse para echar al PP antes de los atentados, pero no aparecían en las encuestas.

Y en esto también creo que la situación USA es la misma. El gobierno Bush se preparaba para sacar partido a un atentado islamista -otra vez en Madrid, manda cojones- pero el tiro le ha salido por la culata. No habrá tal atentado, y por eso han echado mano de uno de esos encantadores vídeos caseros de Bin Laden (sé lo que estoy insinuando; sé que suena muy mal, pero peor suenan las bombas). Las encuestas hablan de empate, pero creo que la balanza la van a desequilibrar los abstencionistas yanquis, que son muchos más que aquí, siempre y cuando ese sistema electoral apolillado que tienen no iguale los signos de la voluntad popular como la paleta de un albañil.

Ésa es mi porra. Creo que va a ganar Kerry como aquí gano Zapatitos: por los pelos, y como por los pelos palmará Tony Blair no tardando. Si me equivoco, lo reconoceré entre cabezazo y cabezazo contra la pared y constataré lo que muchos me aseguran y yo me niego a creer: que los americanos son aún más egoístas, irresponsables y estúpidos de lo que parecen desde aquí; si acierto, me pasaré por aquí para rematar alguno de mis argumentos, envalentonado por la consistencia que daría la victoria de Kerry -mejor dicho: la derrota de Bush como lo fue la de Aznar- a la idea de que la política no se puede beneficiar de ases en la manga, de que en democracia no vale estudiar la noche antes del examen después de cagarla durante todo el curso. Claro, que hablar de democracia a estas alturas es pura inconsciencia.