23 de diciembre de 2004

Vagabundos

Mi imagen del Infierno es pasar la eternidad buscando un regalo que no existe. Cómo me jode no encontrar lo que busco. Pero lo que más me jode es que no sé lo que busco. Y en ese plan voy dando vueltas, más imbécil a cada metro, comprendiendo que en las tiendas me traten como tal y compadeciéndome de los primos que lo hacen.

En Sol, un vagabundo toca la flauta con parsimonia. Al lado, sus perros tapados con mantas. No sabría decir si están vivos. El hombre ha hecho una pila de cartones y maletas viejas, donde seguro que lleva todos los regalos que va a repartir a la familia entre langostino y langostino. Ya ha hecho sus compras. Por eso está tan tranquilo.

Sigo dando vueltas, y todos conmigo. Esa sensación de que el villancico es como una alarma de incendios: empieza a sonar y la multitud corre en todas direcciones. Un ejército de viejas con abrigos de zorra o visón toma las calles. Ellas son la elite consumidora de toda esa masa de gentes que va de un lado a otro como yo, sin saber qué anda persiguiendo. Todos buscan con furia, pero esas señoronas son los Uruk-Hai de la horda.

Entre el tumulto de Gran Vía, otro vagabundo. Tiene un cartón en el pecho, “para un Ferrari” y la gorra extendida. Me pregunto qué hace que no está comprando chorradas como todos los demás. Claro, ahorra para el coche. Y quién no.

No doy una. Tienda tras tienda, el regalo que busco me evita, se esconde al fondo de la estantería el cabrón. Se me acaba el chollo: me cierran las tiendas y no tengo ni la mitad de las cosas que sé que busco, que son la mitad de las que busco en realidad. Parece que todo el mundo tiene tanta prisa como yo; los Uruk-Hai tienen sed de sangre. Ahora entiendo el villancico: arre borriquito, arre burro arre, corre más deprisa que llegamos tarde.

A tomar por el culo. Doy otra vuelta y me vuelvo a casa, asqueado. Lo peor es que seguro que me he cruzado con un pringao que iba masticando la bilis como yo. Me habrá visto y habrá pensado: “cuánto gilipollas loco por comprar”. Ése tampoco sabe a dónde va y acabará comprando unos calzoncillos de Supermán o cualquier otra parida con tal de quitarse el marrón de encima. Yo ni eso.

Mañana todos a la calle otra vez. Todos encantados. Todos vagabundos.

18 de diciembre de 2004

El falo velado

Nacho Vidal ha tenido un detalle de candidez esta noche en Tele5. Intercaladas con la entrevista, se veían imágenes entre bambalinas de uno de sus rodajes más recientes. Aparecían momentos de las diferentes posturas de las dos actrices, tetas, culos, tatuajes, nada serio. Y el grande Nacho se ha enorgullecido de estar en un programa “pionero” por mostrar ese tipo de imágenes.

Esta ingenuidad habla bien de él porque deja claro que el hombre no ve mucha televisión: el recurso al porno amputado es moneda de cambio en las teles de noche. Y habla mal de mí, porque yo sí que la veo, y aborrezco que escamoteen los aparatos sobrealimentados de estos vividores y vividoras. Inciso: estoy convencido de que son más currantes que vividores: el asunto es que se lo montan muy bien.

De verdad que no tengo especial interés en verle el trasto al pornostar de turno, así que quitad esa sonrisa de la cara, cabrones. Lo que siempre me he preguntado es por qué no se puede enseñar. Es como las palabrotas: cabe pensar que Mª Teresa Campos dice tacos en su vida real (ni siquiera privada, hablo de los cortes publicitarios), y desde luego ella sabe que nosotros telespectadores también los decimos. Nosotros sabemos que ella sabe, ella sabe que nosotros sabemos, sabemos que es normal, pero ni dios suelta un “coño” en el programa. ¿Por qué? Ganas de engañarnos todos, otra vez. Qué sentido tiene convencernos de que no tenemos nada entre las piernas es algo que me tenéis que explicar.

De todas formas me consuelo pensando que el frotar se va a acabar. En el cine esto que digo se está poniendo de moda desde hace un rato ya. De momento parece una corriente más del rollito mira-qué-independiente-soy, y los que tienen motivos más honestos son todavía excepciones. Pero lo importante es que el tabú de la polla evitada se empieza a caer, y con él el del sexo real.

Pitos furtivos en el cine convencional los hay desde hace muchos años, no son noticia. Cuando un actor aparece desnudo, la visión de su colgajo no es más que la de un cuerpo humano, físico y sin aditivos. Hasta ahí, todo en orden. La movida viene cuando lo que se ve es un falo erecto. La razón de que esto sea un tabú no la tengo clara, pero me hago una idea: si miramos a un actor empalmado, no sólo estamos viendo un cuerpo tal cual. Estamos mirando a un hombre y su excitación, a una persona allí cuando ninguno podemos ocultar nuestras intenciones... como pillar a alguien en un renuncio. La vergüenza que sentimos al ver a alguien querido pasar vergüenza. El deseo sexual es lo más animal que tenemos, y contemplarlo en otra persona hace saltar un chispazo de pudor en algún cromosoma recóndito.

Ésta es la razón, yo creo, de que las escenas chungas hasta ahora siempre las hayan hecho las mujeres. Los creadores suelen ser hombres, de acuerdo, y la cabra tira al monte. Pero que yo sepa Almodóvar no ha sacado una erección en ninguna peli, y ya sabéis a que me refiero (de hecho, sí ha sacado un buceador de juguete haciendo espeleología con Victoria Abril, ahí lo tenéis). El motivo: las mujeres aparecen exteriormente igual, estén cachondas o no. Sobreentendemos que están interpretando, la parte cerebral del asunto, cosa que no podemos hacer con el varón: hay cosas que no se pueden fingir.

(Estoy evitando el componente de excitación que tiene mirar, no es lo que me interesa aquí. Y como el cine porno se ve para eso, tampoco me interesa aquí y ahora).

Volviendo a la cuestión: este pudor que nos agarra al ver rabos tiesos en pelis convencionales, en actores conocidos, hace que no se nos muestren. Pero ya digo que eso está cambiando, sencillamente porque es cutre. ¿Os acordáis de la escena de “Novecento” en la que una mujer se la meneaba a un tiempo a De Niro y Depardieu, y los dos allí, tan campantes y fláccidos? Amosveteacagar.

Ahora parece que ya es hora de ir cambiando el chip, y empiezan a verse pollas enhiestas en películas convencionales, y no porque sí. En “Lucía y el sexo” había una mano masajeante y en “In The Cut” una felación en plano detalle. Pero si bien se enfrentaba el reto de contar una escena de sexo verosímil, las dos escenas arrastraban un grillete. Ni Tristán Ulloa ni Mark Ruffalo (no se podía apellidar de otra manera) se atrevieron a sacudirse el tabú de encima apareciendo tal cual en pantalla: en los dos casos el pene era el de un doble de cuerpo. Incluso en “Intimidad”, la que más se ha acercado hasta ahora, era la actriz la que llevaba el peso de las escenas de sexo real, y ni siquiera en el amago de chupaílla a él se le veía realmente empalmado: seguían a medio gas.

Y aquí es donde cambia la cosa: la última peli de éstas es “The Brown Bunny”, una bosta festivalera que duerme a las ovejas y que tiene una escenita en la que Chloe Sevigny le hace una mamada real a un individuo que, al contrario que en “Intimidad”, está firme y presentando armas. Es Vincent Gallo (a éste sí que el apellido le va como un guante), un actor normal y corriente saltando a la arena sin espada pero con cipote, y ésta es la auténtica novedad: un actor asumiendo esas responsabilidades. Hay que decir que también es el director, pero no creo que le hiciera falta poner una cámara para que se la chuparan; creo que le han podido más las ínfulas de creador subversivo, el puro exhibicionismo o las dos cosas. Nota cachonda: la peli costó 10 millones de dólares (?!?) y se ha estrenado en USA en tres cines, tres. Es la mamada menos rentable de la Historia del Cine.

Estoy seguro de que dentro de 50 años un actor porno no se sorprenderá en la tele de que se vea su herramienta de trabajo pasadas las 22:30, y las escenas de sexo de las películas serias no se fingirán, igual que ahora no se fingen los besos que sí se falseaban ridículamente hace 50 años. Tony Leblanc se queja de que ahora los besos del cine son con lengua, no como en su época. Vuelva al nicho, abuelo.

14 de diciembre de 2004

!!!

Me quedo pillado al ver en las noticias de Telemadrid a Luis Mariñas diciendo: "Ya son cinco las detenciones de terroristas de origen islamista". Vamos, que los de ETA son terroristas de origen nacionalista, y también hay futbolistas de origen barcelonista y abogados de origen laboralista. Pfff. Me pregunto en qué curso de la carrera de Periodismo te enseñan a escribir. ¿En 34º? ¿En 35º? Lo mismo hay que hacer un máster.

Cambio de canal, Telecinco. Informan de unos en Bagdad que entre demolición y demolición hacen vídeos de primera con los coches del ejército americano. El rótulo que aparece debajo de la noticia: "Ataques contra veh+culos" (sic) Vamos, que ni a mano ni a máquina. Claro, ven un acento y se ponen nerviosos. Cómo está el patio.

3 de diciembre de 2004

Dicko Baldo presenta:

Ya sé por qué Dicko no me presta la atención acostumbrada. Ha montado su propia empresa editorial. Tengo entendido que está en plena crisis creativa, así que ha resuelto dedicarse la publicación de los textos de sus pupilos más aventajados, y desde esa tribuna privilegiada seguirá iluminando nuestra existencia con la suya.

Ediciones Dicko Baldo Inc. (no es S.A. para evitar juegos de palabras) ha publicado su primer volumen: se trata de una bella novela decimonónica, de influencia romántica, ambientada en el seno de una familia semi-aristocrática del condado de Heathcliff, Inglaterra, a la que llega una sirviente lejanamente emparentada con el moribundo dueño de la hacienda. Se titula "Young Sluts Fucked In The Ass", y es la segunda novela de Margarito Beard.

30 de noviembre de 2004

!!!

Para que no digáis que no tengo ojo para el buen porno. Pinchad en las fotos, aquí.

29 de noviembre de 2004

Gracias, Señor

Ya están los periodistas envenenando con falsedades. Ahora se quejan de la abundancia de langosta, la llaman plaga, los ingratos. Digo yo que siempre se están quejando por todo, que si las grandes empresas tal y cual, que si tenemos a África en la miseria porque le conviene a nosequién... todas esas cosas de progres.

Pues nuestro Señor misericordioso ha visto que los negritos no tienen qué comer, que digo yo que será por eso que le ponen tantas especias a todo, oye, se ve que es lo único que tienen, los pobres, y les ha mandado un diluvio de langostas, todas hermosas y coloraditas ellas, que hasta cuelgan de los árboles y todo, que lo he visto yo en el parte de la noche. Así que hale, todos a comer.

Vamos oye, que está visto que si no tienen, porque no tienen, y si tienen porque tienen: el caso es protestar. Claro, que se entiende la afición que tiene esta gente por salir de manifestación, y mira que ahora andan todos de lo más tranquilitos. Será que ya están mangoneando otra vez.

En fin, que yo doy gracias al Señor por la langosta africana, y más todavía por las que se han despistado y han ido a aterrizar en las Canarias. Para que luego se quejen de que no tienen marisco.

25 de noviembre de 2004

Contraprogramado

En Admisión se me ha colado una guarra de pelo naranja; un hombre con maletín que esperaba lo ha visto y hemos estado comentando la jugada mientras yo me recogía el libro, la camisa y el abrigo para agilizar la exploración.

Me han mandado a la sala de espera de Traumatología, y allí me he sentado. No había mucho movimiento; sólo un corrillo de familiares esperando en torno a una hilera de bancos. Al poco rato, uno de ellos se ha marchado dejando un hueco por el que he reconocido a una de las mujeres sentadas allí: una famosa de la tele. Entonces he mirado al otro extremo de la sala, los bancos llenos de espectadores lesionados, todos observando sin reparos a la vividora de pelo mal teñido, lacio y sucio como los billetes de su cartera. He leído hasta oír mi nombre. De allí me han mandado a Radiología. Póngase aquí, respire hondo, placa, placa, media vuelta y vuelta a la sala de espera. Por el camino me he cruzado con el hombre de Admisión y nos hemos saludado.

La famosa ya se había marchado con todo su séquito, dejando vacíos los bancos. Me he sentado donde había estado ella, y he abierto mi libro otra vez. Unos minutos después he reparado en los espectadores, ahora frente a mí. Me miraban: un tipo sin afeitar leyendo entre dos columnas. A continuación se ha sentado a mi lado el hombre; me ha vuelto a saludar, ha abierto su maletín y se ha puesto a corregir exámenes de lengua. Un profesor. Me imagino la decepción que han sentido los espectadores ante un cambio de canal tan brusco: como pasar de Gran Hermano a Sánchez-Dragó.

Cuando he salido de la consulta con mis radiografías y mi libro bajo el brazo, he buscado al profesor con la mirada. Ya no estaba allí.

Se había mudado al banco de enfrente.

!!!

Parece que el post lastimero de abajo ha hecho que Dicko contacte conmigo, aunque poco a poco. Hoy me han escrito Corina M. Examination (diciéndome cortésmente "Good Morning" a las 16:34, me conoce bien) y Mambalisa Amba, que me pregunta si me gusta su aparato genital (no es ésta la expresión que ella ha usado). No hay duda de que Dicko Baldo tiene contactos.

18 de noviembre de 2004

¿Dónde estás, Dicko Baldo?

Me ha abandonado. Fui el destinatario de sus mensajes durante meses y ya no me dirige la palabra. El maldito Ad-Aware lo ha desalojado de mi vida.

Dicko era la sal de mis conexiones. No os miento: le prestaba más atención a la carpeta de spam que a los mails de mis contactos, casi siempre intoxicados por esa fiebre testera de colores favoritos, cócteles especiales, series de la infancia, estás enamorado/a?, penúltimas castañas y demás juguetes de la adolescencia. Porque siempre, todos los días, Dicko Baldo venía a iluminarme con sus ocurrencias.

¿Cuánto ingenio hace falta para anunciar un alargador de pollas? Es algo que me pregunto ahora que Dicko no está. Todo el sexo, Dicko me lo traía: viagras, páginas guarras, problemas de erección, webcams cachondas, cachas de revista, más rabos más gordos e hipotecas tiradas (¿acaso no es sexual cuando te rompen el culo?) y todo tipo de reclamos para turistas de la red como yo. Y digo como yo, porque Dicko me conocía bien. Las cookies no engañan, y Dicko sabía quién era yo.

Cuando mi colega thehardme y yo empezamos a compartir remitentes de spam, el nombre de Dicko Baldo nos desarmó a los dos. Los que pilotéis algo de inglés adivinaréis el juego de palabras; los que no, matriculaos en alguna parte porque no voy a explicároslo. El caso es que a partir de ese día, todos esos nombres delirados en los correos publicitarios fueron para nosotros la creación de un sólo hombre, y ése era Dicko Baldo. Y no os tengo que contar las risas que hemos echado a su costa.

Las empresas de spam se enfrentan a un problema legal serio cuando te envían un mail anunciando cualquier chorrada: tienen que poner un nombre en el apartado "remite", y si lo rellenan con uno relativamente común, un John Thomas o un Ricardo Calvo, pueden lloverles las demandas. Imaginemos el rebote de un internauta impotente que recibe un anuncio de melampina de parte de su sobrino John, o si yo soy el Sr. Calvo y me entero de que le estoy mandando a todo el personal anuncios de un alargador de pene porque "a mí me funcionó a la perfección". No se puede consentir. Así que, para evitar aprietos, estos ases del mercadeo se inventan los nombres más estrafalarios que uno puede echarse a la cara, rezando para que no les llame un Benzino Napoloni, una Celeste Laudisio o un René Pornero diciendo que no sólo existe, sino que además tiene una partida de nacimiento y que la va a hacer un canutillo y se la va a meter por el culo presente un jurado popular.

Total, que llegó el día en que me dio por instalar el puñetero Ad-Aware; es un programa que rastrea el sistema buscando cookies y demás repostería del anunciante, archivitos que enguarran los ficheros y sirven a estos publicistas posmodernos para llenarte de más basura. Ese día renuncié a mis galletas, me limpié de migas y Dicko Baldo me perdió la pista.

En seguida dejaron de llegarme sus nuevos escritos, gloriosos títulos como "More Semen Than The US Navy", "When Your This Big They Call You Mister" o "Tetrachloride Panther" poblados por personajes extravagantes como Armind Tamzarian, Stare Klolly, Antonella Ceja, Renata Higa, Wilfredo Taveras, Cortez K. Amerkind, Angila Hisko, Juans Elleopardo o (éste es poesía pura) Voyeurism Q. Neuroses.

Y yo me quedé sin la alegría de mi existencia. Desde entonces nado en la pornografía. Paso las horas deambulando por webs guarras y de finanzas, de porno económico y de economía pornográfica, tratando de llamar su atención otra vez. Pero nada. Dicko Baldo me rehuye. No quiere saber nada de mí.

Escribo esto conteniendo las lágrimas porque sé que a vosotros sí os escribe. Estoy seguro de que cada día recibís varias cartas de Dicko, y os pido que las compartáis. Pegad vuestros Dickos por aquí. Sabré que no me habla a mí, pero al menos podré sentir el aroma de su talento una vez más, ese aroma a galletitas recién horneadas. Oh.

7 de noviembre de 2004

!!!

Dice Gabo en su última novela: "El sexo es el consuelo que uno tiene cuando no le alcanza el amor". Me hace gracia: a mí me pasó al revés.

3 de noviembre de 2004

El Miedo

Ya habéis visto qué triunfo. El mío, digo.

Hoy me he levantado con el cuerpo dolorido, el cerebro soñoliento y la moral por los suelos. De verdad que estoy jodido, física y anímicamente. Tengo la sensación de que algo ha cambiado hoy en el mundo. No quiero ponerme dramático, pero por primera vez la situación del planeta me ha quitado el sueño.

No es que sepa nada que no supiera ayer, pero coño, algo muy serio está pasando cuando alguien como George Walker Texas Ranger Bush arrampla con 57 millones de votos y gana unas elecciones democráticas después de haber dado un pucherazo, mentido sistemáticamente a su país y a otros 190, convertido un superávit del 2% del PIB en un déficit del 5% aún haciendo perder el seguro médico a 5 millones de personas, llevado a su país y a algún otro a dos guerras de saqueo, de haberse cagado en los derechos humanos y ser, al fin y al cabo, un alcohólico y un deficiente mental público y notorio.

Pero con todo, el mentecato pueblo estadounidense lo ha confirmado en una presidencia que nunca debió haber tenido. Ayer usé tres adjetivos, "egoísta", "estúpido" e "irresponsable" y hoy tengo que confirmarlos. Mi amigo Brian, que comentó el post de ayer, sabe que no soy ni mucho menos un antiamericano, pero hoy, con todo el dolor de mi corazón y de mi espalda, estoy más cerca de serlo. El pueblo americano ha demostrado que es crédulo, cobarde, ingenuo y, en definitiva, profundamente ignorante. Siento ser tan despreciativo, pero cuando uno es el líder del mundo -los americanos saben que lo son; nosotros también, pero no nos gusta reconocerlo- tiene que ser consciente y responsable de ello; valorar no sólo la seguridad nacional sino la de las demás naciones. Y el americano medio vive de espaldas al mundo, escuchando con asentimiento todo lo que le cuenta su gobierno personalista sin cuestionarse ni una coma. Así, un presidente lerdo conducido por una manga de hijos de puta es capaz de atemorizar a su pueblo repitiendo la misma mentira una y otra vez hasta que se convierte en Verdad, con mayúscula.

Nadie allí se plantea que el terrorismo llego al país después que Bush al gobierno, que el único atentado en suelo americano lo ejecutó un amigo de la familia y que después de las guerras hay atentados a diario donde antes no los había. ¿Y por qué no? Porque a uno le cuesta pensar cuando está cagado de miedo. Ese miedo. La Estrategia del Presidente. El Diccionario define "terrorismo" como dominación por el terror. A mí me parece que está muy claro.

Gracias a todos por los comentarios de ayer: son lo único bueno de hoy. Un abrazo.

El saludo que os dedica a todos el Sr. Bush: pincha aquí.

2 de noviembre de 2004

El Efecto Dominó (por la cuenta que nos trae)

La semana pasada nos han dado una chapa importante con la participación de las estrellas de Hollywood y aledaños en las elecciones de hoy. Día sí día también aparecía un famoso actor o cantante -especialmente pesados con Springsteen, oyes- mostrando públicamente sus intenciones de voto para esta ocasión. Está claro que la cosa está muy malita, pero esto es algo común en la sociedad estadounidense: antes de cada cita electoral sabemos qué va a votar cada estrella en su colegio de Beverly Hills, y sobretodo, qué piensa que deberían votar sus fellow americans.

Ya digo que es muy normal, tan normal que nunca hay polémica alguna, ni las manifestaciones de los famosos suscitan más espacio que el de un simple comentario en la prensa del día. De hecho, están tan acostumbrados que ya eligieron a un (mal) actor como presidente y a otros dos como gobernadores: Chuache en California y Jesse Ventura -su coleguita en Depredador, el de "dad la cara, cabrones... la impaciente os está esperando"- en Minnesota. Vamos, que les va el rollo circense, y además nadie se rasga las vestiduras cuando tal o cual ídolo de quinceañeras dice que va a votar a Fulanito o a Mengano -agárramela con la mano-.

Y a cuento de esto nos acordamos todos del cisco que se montó aquí cuando a los actores progres (y a gran parte de los que no lo son) se les ocurrió colorear la gala de los Goya; que a mí nunca me ha quedado claro si el pollo mediático se formó por la manifestación del gremio en sí, o porque faltaban pocos meses para las elecciones. Me da que fue por lo segundo.

Porque aquí, afectados por esta flema europea nuestra, nos creemos superiores, al menos en lo que se refiere a eso que en todas partes llaman "cultura democrática"; pero que una persona se pronuncie sobre sus inclinaciones políticas nos escandaliza (de acuerdo, escandaliza a los de siempre), y parece que Antonio Banderas no puede pedir el voto para el PSOE sin que lo acusen de haber cobrado nosecuántos kilos -aunque sean de jamón y aceite- ni Julito Iglesias puede prestar su crujiente moreno a una campaña del PP, sólo porque no vive por aquí cerca.

Pero la situación en USA, mira tú qué gracia, es la misma que aquella de los Goya: los actores y demás personajes de la cultura están hablando ahora más y más alto de lo normal sobre lo que piensan hacer con la papeleta dentro de unas horas. Y lo hacen de puro susto, acojonados de que un gobierno nefasto y embustero como el que teníamos aquí se lleve el pastel y tenga bula para otros cuatro años de hijoputeces.

En España tuvimos aquel espanto de 11 de Marzo que clasificó para siempre el resultado "natural" de las elecciones. Y aunque nunca lo sabremos, yo estoy convencido de que la repercusión de los atentados en el resultado electoral fue mucho menor de lo que se piensa. Creo que el PP habría perdido las elecciones de todas maneras, por menos diferencia incluso que por la que perdió. La clave sigue estando en el voto "reactivado", el de ese elector que sólo va a votar cuando lo cabrean especialmente. La reacción del gobierno a los atentados espoleó a mucha gente a ir a votar por el cambio, pero creo que esa gente sólo fue la puntilla (una gran puntilla, cuidado) a un voto de castigo del que se venía hablando desde hacía meses pero que quedó sepultado por los hierros de los trenes en Madrid. Recuerdo que cuando en las regionales el PP ganó en Muxía, los analistas dijeron que no había que fiarse, que el voto de castigo al gobierno por la no-gestión de la marea negra, por el Yak y sobretodo por la cochina guerra estaba por llegar, y llegaría el 14 de Marzo. Creo que había muchos abstencionistas que ya pensaban movilizarse para echar al PP antes de los atentados, pero no aparecían en las encuestas.

Y en esto también creo que la situación USA es la misma. El gobierno Bush se preparaba para sacar partido a un atentado islamista -otra vez en Madrid, manda cojones- pero el tiro le ha salido por la culata. No habrá tal atentado, y por eso han echado mano de uno de esos encantadores vídeos caseros de Bin Laden (sé lo que estoy insinuando; sé que suena muy mal, pero peor suenan las bombas). Las encuestas hablan de empate, pero creo que la balanza la van a desequilibrar los abstencionistas yanquis, que son muchos más que aquí, siempre y cuando ese sistema electoral apolillado que tienen no iguale los signos de la voluntad popular como la paleta de un albañil.

Ésa es mi porra. Creo que va a ganar Kerry como aquí gano Zapatitos: por los pelos, y como por los pelos palmará Tony Blair no tardando. Si me equivoco, lo reconoceré entre cabezazo y cabezazo contra la pared y constataré lo que muchos me aseguran y yo me niego a creer: que los americanos son aún más egoístas, irresponsables y estúpidos de lo que parecen desde aquí; si acierto, me pasaré por aquí para rematar alguno de mis argumentos, envalentonado por la consistencia que daría la victoria de Kerry -mejor dicho: la derrota de Bush como lo fue la de Aznar- a la idea de que la política no se puede beneficiar de ases en la manga, de que en democracia no vale estudiar la noche antes del examen después de cagarla durante todo el curso. Claro, que hablar de democracia a estas alturas es pura inconsciencia.

19 de octubre de 2004

Que alguien nos dé travajo

Alucinado me quedo cuando veo a un colega iniciar sesión en el Messenger con el nick “Que pasa no hay trabajo en España o que? quien lebanta el Pais, ZP?” (sic todo).

La primera pregunta que me hago es ¿cuándo se ha caído el país? La segunda, ¿cómo coño te van a dar trabajo si ni siquiera sabes escribir? Aunque hay que ser realista: hay millones de eficientes trabajadores que habrían escrito esa frase aún peor; incluso algún gobernante habría metido el zueco también, seguramente, por qué no, un ministro o menestra de ZP. Aún así, en esa frase sobran una be y una mayúscula, y faltan dos interrogantes, una coma o dos, cuatro acentos y una uve, y qué quieres que te diga... en mi cabeza esa manera de escribir merece por lo menos un carné de minusválido. Pero la miga del nick no creo que sea ésa.

Desde que ha vuelto el PSOE al gobierno, volvemos todos a estar preocupados con el paro. Han pasado sólo seis meses, y la lógica hace pensar que nada de que lo que haya podido hacer o no hacer este gobierno tenga ya un reflejo en la realidad del INEM. Pero aunque así fuera, las cifras de aumento del paro son más bajas que las del año pasado por estas fechas. Aún así, no recuerdo a nadie que en los 8 años del PP reprochase a Aznar su desempleo. Es más, el entonces ministro Zaplana -¿hay alguien con más rostro que este individuo?- hablaba con satisfacción de la cifra.

Y es que esto del paro es la (no-) táctica de la derecha, la de toda la vida. Ignoro si mi colega es de derechas –algo me hace pensar que ni él lo sabe-, pero con ese nick ha hecho una concesión a esa demagogia que considera que todo va bien mientras la cifra de parados sea baja. ¿Quién no ha escuchado a algún cretino decir que “con Franco por lo menos había trabajo”?. Está claro que los currantes que se iban a Francia y a Alemania a buscarse la vida lo hacían porque les apetecía, para cambiar de aires, ya se sabe, pero dejemos eso a un lado. Lo importante es que la cifra de parados sea baja, aunque lo sea también la calidad del trabajo; es mejor tener trabajo que libertad; antes dinero que cultura; si hay un plato en tu mesa, qué más da la ortografía.

A lo mejor, después de todo, sí que hay un país que lebantar.

18 de octubre de 2004

Manos limpias

Me hablan de un chavalín de 6 años al que aquí llamaré Calvin, que ha desarrollado una habilidad fascinante: es capaz de mear sin tocarse el pito. Por lo visto lo hace siempre; nunca pone una mano sobre su pepinillo. Este artista de la micción se la sujeta con la goma del pantalón y suelta el chorrillo con precisión mayor que los que lo hacemos con la mano. No mancha. No se gotea. No se toca. No le veréis lavarse las manos después. No tiene por qué.

Calvin viene a plantear una solución al problema del desperdicio de agua en el mundo. Son muchos los hectolitros que se malgastan en bares y restaurantes, lavando manos que acaban de sujetar un nabo miccionador. Y es éste un gasto inútil, es el precio que el medio ambiente paga por la mentira de una sociedad estúpida. Hay que ser muy cerdo o muy torpe para tener que lavarse las manos después de mear. Personalmente, cuido mi higiene lo suficiente como para que mi herramienta no sea un invernadero de gérmenes que me obliguen a desinfectar todo lo que toca; esto es, no me ensucio las manos al sacarme la chorra del pantalón. Por otro lado, tampoco soy tan torpe -al menos no en esto- como para perder el control sobre mi propio falo y orinarme en las manos o manchármelas de otra manera al hacer aguas menores.

Lo diré de otra manera: ¿quién de todos vosotros, panda de zangolotinos, se lava las manos después de mear... en casa? No hace falta que lo penséis: ninguno. En casa no hay que fingir. En casa no salimos del evacuatorio ante la mirada de un compañero de trabajo, de un amigo o un extraño que nos pueda tildar de guarretes por no hacer algo que él no hace. En casa podemos ahorrar agua.

Otra cosa que Calvin ilumina con su habilidad es la psique oscura de los curas. Estoy seguro de que el Vaticano pagaría por la patente de semejante invento: una táctica que exonera al sacerdotado de la impiedad de tocarse el cirio, que es algo feo, amén de poco cristiano. Ya se sabe: "aparta este cáliz de mí", ya sea para beber o para lavarme las manos.

Al final es todo lo mismo: la necesidad de engañarse a uno mismo pensando que engaña a los demás, la ilusión de tener las manos limpias.

Oh My Blog!

Pues sí. He caído. La moda me ha vencido, por lo menos de momento. Porque no tengo nada clara la continuidad que le voy a dar a este invento. Sospecho que lo actualizaré a menudo durante unos días, unas semanas, pero después me enfrentaré a la cruel pregunta: ¿alguien lee esto?. Y entonces empezaré a pasar, a olvidarme, unos días, unas semanas, hasta que alguien decida clausurar esto por abandonado y polvoriento.

Por otro lado, sólo basta un paseo por la Red para darse cuenta de la cantidad de gente que se cree interesante e ingeniosa y considera que merece unos cuantos minutos de tu tiempo. Ellos tienen blog. Ellos pescan tus minutos. Mmm, me da la sensación de que para pescar los minutos de alguien hay que sentarse demasiado rato en la orilla, y no sé si quiero.

Vale ya, que esto es un post de prueba.