1 de septiembre de 2006

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Hoy comienza la tercera temporada de la serie en la que vivo.

Se trata de un drama de una hora sobre la lucha de dos cineastas novatos intentando entrar en el show business de un país en el que no hay show business. Dos jóvenes guionistas/productores/directores, talentosos y buena gente, que se muelen a cornadas contra la realidad en una España audiovisualmente subdesarrollada y en estado de sitio cultural. Dos creativos criados a la teta norteamericana, asombrados por cada nuevo viejo producto, cuyas ideas y formas de trabajar difícilmente encuentran lugar en un país en el que Siete Vidas se considera original y bien escrita. Cada temporada de la serie en la que vivo tiene 24 episodios. Así de raros somos.

En nuestro piloto, un guionista wannabe pasa las horas muertas en su bohardilla compartiendo sueños y aspiraciones con un estudiante de audiovisual en Madrid, post-productor nato, a través de internet. Chatean desde hace un par de años. Ya son amigos, y ni siquiera se conocen en persona. Bienvenidos al siglo XXI.

Un día, el guionista tiene una idea para una serie de animación 3D, y el post-productor ve en ella un filón. Su bagaje como espectador de animación canaliza la tormenta de ideas y confiere a la criatura una entidad única, apasionante, como producto de animación. A partir de ahí, el guionista, el montador, y ese director bicéfalo que ha surgido del messenger inventan una serie llamada, el tiempo lo dirá, a marcar un hito en la televisión española. Con dos cojones.

La temporada avanza, y con un proyecto ya estructurado y en desarrollo, los creativos conocen a un joven productor. Éste queda fascinado por la idea, y parece tener las llaves para abrir algunas puertas al proyecto. La primera de ellas es el animador. Oportunamente –así lo quieren los guionistas de mi vida– el productor acaba de hacer un cortometraje de animación con un crack del 3D. El productor los pone en contacto, dando lugar al equipo central de la serie de nuestras vidas, y cerrando el reparto de protagonistas.

Problemas aparte, los creadores y el animador dan a luz un teaser de dos minutos y medio que deja alucinado a cualquiera que lo ve. En esto consiste el segundo acto de nuestra primera temporada: un proceso fascinante en el que los creativos novatos aprenden más que en todos los años de carrera que el montador ha estudiado y el guionista no. Las reacciones de los primeros espectadores, todas de sorpresa y muy positivas, disipan todas las dudas de los creadores: “chicos, esto no parece español”. Están ante un proyecto sólido y con futuro.

En el último tercio de la temporada, los creadores y el productor deciden asociarse, y empieza el movimiento. El teaser y la biblia del proyecto son presentados en algunas teles. Las subtramas abundan, pero no voy a entrar en ellas ahora. Llega el season finale. Los tres socios presentan el proyecto en un gran emporio de comunicación, gestor de varias cadenas de televisión. En el cliffhanger, suena el teléfono. Es el jefe de ficción de una de ellas. “Queremos vuestra serie”.

Después de un descanso invernal, en todos los sentidos, la segunda temporada arranca con el productor y el animador ganando un Goya al mejor corto de animación, y con las primeras reuniones con la cadena. Gran parte de las exigencias de su departamento de ficción son un jarro de agua helada para los creadores. El entusiasmo de la primera llamada se va enfriando, y llega el choque de posiciones. La discusión con los pseudo-jefes se prolonga durante meses, a pesar de no existir aún ningún contrato. Tras varias concesiones por ambas partes, se llega a un punto en común y el departamento de ficción da luz verde a la serie.

Entonces llega el primer parón. Alguien de finanzas bloquea el desarrollo. Es una producción muy exigente, y los responsables son demasiado bisoños. Quizá es eso, o puede que su interés sea valorar el potencial de negocio del producto, ya a simple vista muy alto, y, una vez analizado, desplegar la estrategia de aproximación de la gran empresa. En otras palabras: necesitan saber cuánta sangre tienen los creadores, y el mejor lugar por donde sacársela.

La decisión más importante es la de mandar la serie al mercado internacional, concretamente al MIPTV de Cannes. El guionista es el elegido por el productor para representar la serie en las aguas de la Costa Azul, que en esa semana en concreto están infestadas de tiburones. Tiburones con traje y corbata: una lista imponente de candidatos a plagiadores del proyecto, o así los ven nuestros protagonistas. Tras el viaje y la paranoia –puede que un capítulo doble– llega el silencio. Meses de stand by oficial, pero en los que el proyecto crece con ganas, floreciendo un universo rico y prometedor consumido por la tardanza de los que deciden.

De nuevo dejaré a un lado las subtramas para llegar al tercer bloque de la temporada, en el que los tres socios reciben la confirmación de las intenciones de la empresa: se pone un contrato encima de la mesa. Comienzan las negociaciones empresariales y se concretan las primeras fases del proyecto en común. El arranque de la producción de la serie empieza a tomar forma. En el season finale de la segunda temporada, el padre de uno de los creadores muere repentinamente.

Hasta aquí, la parte de la serie de nuestra vida emitida hasta ahora. Renovada, este septiembre empieza la tercera temporada. No hace falta que diga que no sé a dónde nos llevará, aunque espero que sea a buen puerto. La muerte del padre del co-creador promete afectar profundamente al proyecto; se plantean serios cambios derivados de ella. El arco de temporada del personaje promete ser muy interesante: una historia de maduración, de crecimiento personal, amarga pero hermosa. Y por encima de todo, ese aprendizaje vital y profesional extendido a todas las personas que forman parte de la serie dentro de la serie.

Por el momento, para los primeros capítulos, he aquí un teaser: las reuniones con los abogados, la redacción de un contra-contrato más equilibrado, la dura negociación con la gran empresa, la firma de la serie y el arranque de la producción.

Tercera temporada, episodio uno. Va a ser interesante.

5 comentarios:

thehardmenpath dijo...

Has olvidado mencionar que el episodio "Gardel" estuvo nominado a Mejor Guión Original.

Hanasu dijo...

También has olvidado mencionar que gran parte de la segunda temporada transcurre subidos a las paredes, tipo Spiderman, pero con más efecto dramático... el frotar se va a acabar!!

Anónimo dijo...

viento en popa!!!
ojala veais todo klaro en poco tmpo y ke todo sea un exitazo...ke estamos convencidos de ello.
abrazo!

Aurë dijo...

SE OFRECE: Abogado joven de buena presencia, grandes dotes negociadoras y sin abuela.
Razón aquí.

P.D.: Mucha suerte en este nueva temporada.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

¿Puedo aparecer como secundario cómico judio, siguiendo la linea habitual?